Al acercarse el fin de año, es bueno considerar el tema de la renovación.
La naturaleza entera fue programada para el cambio y la renovación.
Las hojas de los árboles se apergaminan y empiezan a caer, anunciando así que el cambio viene.

Al acercarse el fin de año, es bueno considerar el tema de la renovación.
La naturaleza entera fue programada para el cambio y la renovación.
Las hojas de los árboles se apergaminan y empiezan a caer, anunciando así que el cambio viene.
Crecí en una familia que celebraba apasionadamente la Navidad. De niño experimentaba una bella anticipación cuando se acercaban las fechas navideñas.
¿Qué convence más a alguien que rechaza la fe? ¿Argumentos o ejemplos vivos? Cuando se habla de temas espirituales, las personas escucharán con más facilidad a alguien con corazón de peregrino que a un predicador.
Una canción que me libera, un poema que me enamora, una película que despierta mi conciencia, una pintura que me transporta, un libro que me cambia.
Muchos creen que lo viejo es lo mejor y que lo nuevo es peligroso.
Existe un “culto a la iglesia primitiva”; una idea de que todo era mejor antes y debemos regresar a las sendas antiguas.
A veces me siento como un exiliado tratando de regresar a un país que no conozco. Un lugar donde se habla un idioma que se me ha olvidado.
La parábola del hijo pródigo nos confronta con ideas que dominan el pensamiento cristiano. En esta parábola cada uno de los personajes hace lo que menos se espera de ellos y sus respuestas contradicen nuestra forma de pensar.
La iglesia maquillada siempre luce bien. Sus miembros proyectan vidas ejemplares. Parecen ser padres excelentes, hijos obedientes y esposos modelos, pero en la intimidad se quitan el maquillaje.
Me gusta la honestidad de los agnósticos, aprecio su humildad epistemológica.
Un agnóstico no descarta ni acepta creencias religiosas, simplemente toma una postura neutral porque reconoce los límites del conocimiento humano en el tema de Dios y la religión.